26.4.16

Aragoneses: obituario, Benno Hubner y el espíritu del Bonanza

Dedicado a Clara Pérez Turrau, berduner en Berlín hace tantos años…También dedicado a Encarna, Andrés, Rafa y José Antonio, mis restos de naufragio en el Bonanza.

Ha muerto Benno Hübner, aragonés adoptivo, magnífico compañero de tertulias en el Bonanza. Ese punto de encuentro de la cultura zaragozana tan lamentablemente venido a menos y creo que irremisiblemente abajo desde la muerte de Manolo García Maya. Ni ganas dan de entrar, porque hay demasiada gente que se ha dejado atrás como el propio Benno, Manolo, Emilio Abanto o Angel Aransay. No se debe seguir dialogando con fantasmas constantemente, habrá que acoplarse a nuevos creadores y vividores.

El profesor Benno fue un educador para mí permanente. Por su impagable sentido del humor y libertad de expresión a raudales. Su mestizaje real se notaba. Benno consideraba como estrictamente bárbara la cultura alemana y una gran cultura solo si consideramos en la misma la influencia francesa y la judía que hacen de Berlín un escenario fascinante. A mí me lo hacía ver con su conversación fresca y educada en todo momento. Me hizo sentir fascinación por los años 20 berlineses y la lectura de Joseph Roth, entre todos. Era alumno nada menos que de Heidegger.

Hübner, nacido accidentalmente en Cataluña, fue un convecino perfecto y un excelente proyector de la gran cultura alemana con mayúsculas entre nosotros. Además de un traductor sensible y de gran pulso. Vivió a caballo entre Zaragoza y Stuttgart sin ningún problema aparente: ambas producen coches y tienen aire industrial. Será por eso.


Manolo García Maya, superpuesto a Benno, con quien tantas conversaciones surreales compartió.

Os dejamos con una frase de Benno, en algunas ocasiones oída en segunda persona del singular por mí en el mítico Bonanza. Porque yo, como tanta gente, me eduqué sobre todo en la calle. Nunca me imaginé que sería humor negro dedicado a Ratzinger.

“a los 17 años, decidí que quería ser Papa”

25/04 Luis Iribarren.