31.3.16

Cuando el tenor Miguel Fleta triunfó en Madrid

Miguel Fleta triunfó primero en Zaragoza y siendo adolescente en concursos de jotas, desplegando su gran calidad de voz, de donde se fue a estudiar a Barcelona e Italia, donde empezó a demostrar su valía en el mundo lírico, debutando en el teatro Verdi de Trieste. Pero necesitaba triunfar en España, en Madrid, para sentirse él mismo como un gran artista, pues en aquellos momentos era un gran desconocido en nuestro país.

El día 5 de marzo de 1922 se presentó en el Teatro Real de Madrid con un recital de varias canciones muy conocidas en toda Europa en la que “Carmen” era uno de los platos más fuertes, en un teatro a medio llenar, pues nadie lo conocía en el Madrid de aquellos momentos. Aquella tarde no sólo sorprendió sino que logró la aclamación de los asistentes por su recital y su nueva forma de recitar declamando el trabajo lírico, con una hermoso pero a la vez enorme voz. Tenía 24 años y en la imagen de arriba lo podemos ver en aquella representación que supuso el reconocimiento del mundo exquisito de la sociedad filarmónica madrileña.

De las jotas de Zaragoza pasando por Barcelona donde fue ayudado por su hermano, guardia urbano de esta ciudad, que lo ingresó en el conservatorio de Isabel II donde aprendió de la mano de la profesora Luisa Pierrich, se marchó a Italia a completar la formación, donde debutó con la obra “Francesca da Rimini”, antes de una gira que le llevó por los mejores teatros de Austria, Hungría, Checoslovaquia, Polonia e Italia. Sin que en España supiéramos del éxito de Miguel Fleta.

Miguel Fleta en aquellos tiempos llevaba un recital donde además de Carmen, cantaba entre otras obras las muy conocidas Rigoletto, La Bohème, Tosca y El Adiós a la vida, acompañado de diversas sopranos. Pero el fuerte de sus actuaciones tras lograr atrapar al público, era su puesta en escena final, cuando tras el que ya se consideraba la despedida del espectáculo y tras bajar el telón varias veces para saludar, volvía levantarse este con un piano en medio del escenario, y con un pianista que no se había visto en el escenario hasta ese momento ofrecía unos ”bises” de canciones más o menos populares, algo de zarzuela o jotas, que encandilaban al público por la diversidad que ofrecía el gran Tenor Miguel Fleta.