20.2.16

La gomina del alcalde y la idiotez de la izquierda

El tema de la gomina del alcalde de Zaragoza me lo imaginaba. Y es sólo un detalle de los muchos que vamos a vivir en los próximos años, por esa manía idiota y absurda de regalar y perder los respetos básicos en aras de una mierda de trasparencia que es otro engaño de la derecha, enmarcada en su total anti transparencia. Pero en la izquierda somos tan tontos, que caemos en todas.

Nos hemos creído que publicar los garajes, pisos y cuentas bancarias de los políticos es positivo, y nos lo seguiremos creyendo durante años. Somos tontos. Los grandes empresarios, que son en realidad lo que cortan el bacalao en esta sociedad capitalista y manipuladora, lo primero que hacen es contratar a los mejores asesores. Os puedo asegurar que los buenos ya no pueden coger a más clientes. Y esos, que son los que nos marcan la vida de verdad, disimulando y sin que nos demos cuenta, la gomina y el champán francés lo consumen a pozales disfrazado de fotocopias. Bajamos el sueldo a todos los políticos al nivel más bajo de Europa y no somos capaces de detectar que algunos dentistas tienen fincas con caballos y no quieren pagar impuestos, o en algunos mataderos trampeamos con el número de vacas o corderos, para podernos comprar grandes fincas o coches de lujo.

Que un político esté servido en su wc de lo que necesita es normal y lógico. Que se gaste 15 euros en gomina es una idiotez comparado con lo que se derrocha en centenares de lugares cercanos y sin el control necesario. No quiero dar pistar, pero mirar con los ojos abiertos, por favor, que parecemos bobos. Que se gaste 50 euros el alcalde de Zaragoza en turrón para la Nochebuena de los funcionarios que tuvieron que hacer guardia esa noche es de humanos. Sacarlo de contexto es de tontos. ¿Cuantos miles de kilos de gomina se podrían pagar con lo que se abona por el servicio de autobuses urbanos en concepto de beneficio empresarial según el contrato de servicios entre las partes? ¿Cuantos kilos de turrón para los trabajadores se pueden dar con lo que cuesta un vino de honor en cualquiera de las muchas inauguraciones de todo tipo que tiene que hacer Zaragoza por obligación? Y sólo nombro dos tontadicas, para no meterme en harinas complicadas.