22.11.15

Turismo y vertebración territorial en Aragón

La Carta Europea de Ordenación del Territorio define ésta como la expresión espacial de las políticas económicas, sociales, culturales y ecológicas de la sociedad.  El objetivo, por tanto, de la ordenación del territorio debe ser buscar la organización territorial que mejor responda a las necesidades de una sociedad, de un país, no siendo el turismo una actividad menor en esa planificación territorial, sin obviar la interrelación sistémica de todas las variables y elementos que actúan sobre un territorio.

Resulta innegable la relación de la actividad turística con la ordenación territorial, en el sentido de que los elementos que constituyen un destino turístico, un paisaje, una ciudad (su atractivo, su conservación, su ordenación, su accesibilidad en relación con la movilidad) son lo que acaban haciendo atractivo un producto turístico y tienen más que ver con la ordenación territorial que con la propia planificación turística.

No es casual que en la Ley de Turismo de Aragón (Decreto Legislativo 1/2013, de 2 de abril, del Gobierno de Aragón, por el que se aprueba el texto refundido de la Ley del Turismo de Aragón) dedique un título, el segundo, a la ordenación territorial de los recursos turísticos, previendo la posibilidad de aprobar directrices especiales de ordenación de los recursos turísticos, sometidas, lógicamente, a las estrategias de ordenación territorial de Aragón. Ni tampoco es casual que en la actual organización del Gobierno de Aragón se haya optado por incluir la competencia de Turismo dentro del Departamento de Vertebración del Territorio, Movilidad y Vivienda.

El turismo es una compleja realidad y ello hace que tenga una serie de interrelaciones con distintas disciplinas que enriquecen los puntos de vista y son más eficaces para la resolución de los problemas que a nuestra sociedad se plantean, como la cultura y la conservación del patrimonio histórico y cultural.

Téngase en cuenta que la popularización del turismo ha ido paralela a la democratización de otras facetas de la actividad humana, como la cultura, que de ser un placer minoritario se ha pasado a una cultura de masas o como lo ocurrido con la información, que si tradicionalmente estuvo restringida a círculos minoritarios hoy podemos hablar de posibilidades información universal, apoyadas en las nuevas tecnologías.

Como en el resto de las actividades, a tan espectacular desarrollo del turismo han contribuido el incremento de los medios de transporte y la tecnología de los mismos, la entrada en vigor de la legislación social de las vacaciones pagadas, la progresiva instauración de la sociedad del ocio y el desarrollo cultural y económico de los distintos pueblos, de tal forma que es previsible un incremento todavía mayor de esta actividad en las próximas décadas conforme se vayan integrando en el orden económico mundial espacios geográficos que hoy quedan al margen (el turismo es una actividad propia de los países desarrollados, es decir de una minoría de la población mundial).

Por otro lado, dada la importancia de nuestra actividad no es de extrañar que la ciencia haya mostrado un creciente interés por la investigación turística, especialmente en dos áreas del conocimiento científico: la Economía y la Geografía.

Podemos concluir que el turismo, que ha despertado el interés de la ciencia, cuenta con un largo pasado, pero es claramente una actividad de futuro. Un país moderno debe ser sensible a este hecho, debe tener en cuenta nuestra actividad “per se” y cuando considere otras actividades, puesto que entre el turismo y éstas se establecen una serie de complejas interrelaciones que no sería conveniente desdeñar y que pueden ser decisivas en el desarrollo del turismo de nuestras comarcas.


Jorge Marqueta Escuer.