16.9.15

Por todos los toros de la vega española

Ayer tuvo nuevamente lugar en Tordesillas el cruel espectáculo del “toro de la vega”. Se trata de que un herbívoro es acorralado y alanceado tanto a caballo como a pie brutalmente hasta que, tras un tiempo de tortura es asesinado impunemente y, todo jaleado por una multitud.

Sinceramente, salvo matices, no veo diferencias sustanciales con las corridas de toros. Sin embargo, el “toro de la vega” se ha convertido en un símbolo de la barbarie contra los animales que demasiadas veces forman parte de las programaciones festivas de pueblos y ciudades (se cifran en el Estado Español en torno a 80.000 animales que son vejados, maltratados e incluso asesinados en dichos actos).

Puedo llegar a entender la estrategia de las sociedades animalistas de buscar un festejo especialmente repugnante como el “toro de la vega” con el fin de concienciar en el ámbito de la protección animal a la mayoría de la ciudadanía de un Estado que ve normal, mira para otro lado o, directamente, admite que se subvencionen con fondos públicos estas atrocidades, pero no entiendo los que se escandalizan con este cruento espectáculo pero no ven problema alguno en las “corridas de toros”, llegando, incluso, a defenderlas con los mismos argumentos que los defensores del “toro de la vega”: la tradición, el “hecho cultural” (sic), el supuesto arraigo, lo “festivo”, el hecho de ser un “arte” incomprensible para los no iniciados, etc…

Pienso en el pobre toro abatido ayer salvajemente, pero no puedo dejar de pensar en los miles de “toros de la vega” que son cruelmente torturados hasta la muerte todos los días en diferentes plazas de toros.

Jorge Marqueta Escuer.