14.1.15

Políticas municipalistas en los diseños de las ciudades (07) Participación ciudadana

La idea política actual lleva hacia la participación ciudadana la toma de decisiones complejas, lo que las convierte inevitablemente en asuntos más complejos todavía pero desechos de su complejidad. E intentaré explicarlo. Es imposible y además no deseable someter a la opinión pública cualquier asunto, si antes no se ha realizado una pedagogía suficiente. Todas las personas tenemos una idea concebida sobre la inmensa mayoría de los asuntos urbanos. Pero muchas veces esas ideas están plagadas de desinformaciones por que así ha interesado a muchos.

Llevar a la opinión pública un problema para que decida y elija es bueno si antes se dota al problema de todas las variables posibles y de la información más que suficiente. Pongamos un ejemplo, aunque hace unos meses tuvimos en Zaragoza uno muy claro con la peatonalización de la calle D. Jaime. Y no quiero vender ninguna moto, sino que he elegido un ejemplo de lo más tonto y de lo más fácilmente criticable.

Necesitamos construir un nuevo campo municipal de fútbol que costará unos 200 millones. Y vamos a preguntar a los ciudadanos de Zaragoza qué opinan.

Sin duda al menos el 85% de los encuestados ante tal anuncio dirán que NO. No es el momento, sería una deuda inasumible, sería un activo para una empresa privada que usarían una media de 25 tardes al año, etc.

Pero si a la presentación de la idea y no del proyecto —pues un proyecto ya cuesta unos dineros altos y requieren un proceso participativo donde se vician las ideas— se dice que se alquilaría a un equipo de fútbol que pagaría parte de la inversión, que en sus bajos irían decenas de equipamientos para la ciudad que también pagarían su parte de la obra, que se instalaría un gran gimnasio municipal de altas prestaciones abierto a la ciudad, que junto al campo de deporte se abriría una escuela deportiva donde podrían estudiar y practicar Ciencias del Deporte, que en un lateral habría un hospital especialista en medicina deportiva que también sufragaría parte de la inversión, que toda la gran inversión estaría rodeada de un inmenso parque botánico, que estaría construido en el Barrio San José con afecciones positivas para Torrero, Las Fuentes, etc. y que bla bla bla; pues igual la cosa podría cambiar, si se sabe explicar. Es decir, sin que suenen palabras de engaños alrededor de la idea. Informar no es vender la idea.

Volviendo al asunto de la participación de los ciudadanos en las tomas de todas las decisiones de una gran ciudad, hay que pensar que no es la panacea democrática, pues existe cierta tendencia desde los que organizan la participación, para controlar la participación sin que se note. Y aunque parezca complejo es muy sencillo y se hace, sin que se note en apariencia a la primera mirada.

Para participar hay que tener información del todo, no solo de aquello que predispone a tomar una sola decisión. Para eso el debate es imprescindible. Pero curiosamente el debate suele sujetarse desde los medios de comunicación, que son los que normalmente ya tienen unos intereses determinados en cada asunto a debatir. No es casualidad que los grandes grupos económicos se dediquen a compran casi sin ser vistos, los grandes o medianos grupos de comunicación. Ni es casualidad ni es gratuito para sus intereses de grupo.

Julio M. Puente Mateo