2.11.14

También en otoño, Zaragoza se llena de flores

La primera vez que yo vi floristerías que se abrían a la calle, que llenaban las aceras de macetas, flores y olores, que en un barrio te invadiera visualmente unos carritos llenos de maravillosas flores, fue en el norte de Alemania. Hace varias décadas, es cierto, pero en Zaragoza las floristerías, no muchas es cierto, no sacaban a la calle sus flores, pues además de tener pocas y siempre cortadas, no era lo que se entendía como un buen reclamo de venta.

Los tiempos han cambiado y Zaragoza supo atrapar ideas y llenarse de más color sacando a las aceras primero carritos con macetas y luego ya literalmente llenando las aceras de color y salud. Sin entrar en más pensamientos legales de tan complicado entendimiento a veces, es un golpe visual muy de agradecer el que nos podamos encontrar con estos golpes de naturaleza. Sin duda si tengo que elegir entre veladores de mesas y sillas de plástico y marcas de bebidas y estas flores, elijo el color verde.