19.8.14

En un año podrían desaparecer de Aragón la fuerza de las dos opciones aragonesistas

La responsabilidad de CHA y por comparación del PAR son de cara al año 2015 tremendas. Aragón se juega en las próximas autonómicas y municipales algo más que un cambio de tendencia, de gobierno o de rostros en los carteles electorales y en las formas de gestionar. Se puede jugar en este 2015 la pérdida de los dos únicos referentes aragonesistas de Aragón. Uno de izquierdas y otro de derechas.

Los aragoneses no apoyamos con suficiente fuerza a las opciones aragonesistas, aunque se nos llene la boca de afirmar en cuanto nos ponen una alcachofa de que Aragón es maravilloso y que debemos apoyarlo por encima de casi todo. A la hora de votar se nos va la fuerza del aragonesismo por el desagüe del voto que equivocadamente consideramos útil.

En este 2015 los dos partidos aragonesistas tiene la posibilidad de acudir agrupados con otras fuerzas a sus respectivas responsabilidades electorales. En el caso de CHA junto a IU y/o Podemos y Equo; y en el caso del PAR desde junto al PP como unidos en una posible integración con UPyD y/o Ciudadanos.

En ambos casos, con la integración en candidaturas unitarias se lograrían unos resultados electorales más capaces para ambos partidos, vistas las encuestas que pululan por los medios. ¿Pero es eso lo mejor para Aragón, aunque los aragoneses obvien siempre las opciones aragonesistas?

Es cierto que acudir a unas elecciones junto a otros partidos no supone la desaparición de ninguna organización, pero sí se diluye en gran manera las diferencias entre partidos, entre organizaciones. Los tiempos son nuevos, los terremotos son varios, las decisiones a tomar en cada caso sin duda son importantes.

Si nos basamos en las respuestas de los aragoneses, lo que pide el cuerpo es hacerles caso. Es decir, olvidarnos de seguir con planteamientos aragonesistas pues no están recibiendo el apoyo suficiente como sucede con sus respectivos territorios y planteamientos políticos en Cataluña, País Vasco, Galicia, Valencia, Navarra, Baleares o Canarias. Sin olvidarnos incluso de León o Asturias. Pero Aragón parece caminar por otra senda, como si la relación de respeto con Madrid o con sus vecinos fuera aceptable.

Por otra parte existe la idea de que ya no es necesario defender desde cerca, desde dentro, el territorio y las personas de Aragón. No sabemos ver el trabajo que realiza un político en Madrid o en Huesca, en Zaragoza o en Calatayud, si forma parte de una organización que no recibe las órdenes importantes desde los cuarteles generales madrileños. Hemos visto ejemplos como el de Chesús Yuste o ahora con el línea del Canfranc por poner dos ejemplos sencillos que muestran el abandono de las opciones políticas que no son puramente aragonesistas con nuestros problemas. Si quien tiene que tomar las decisiones finales es un sevillano o un murciano o zamorano, nunca entenderá igual que nosotros que la línea férrea a Teruel es literalmente una vergüenza, por poner otro ejemplo.