8.2.14

¿El urbanismo es solo calles o también comercios, mobiliario, arte urbano?

El urbanismo es mucho más que calles y asfalto, plazas y parques. Es también personas y comercios, mobiliario urbano y cartelería, lugares y sensaciones.

Zaragoza puede legislar sobre sus calles, hacerlas peatonales o controlar su tráfico, pero hasta ahora ninguna ciudad ha logrado legislar en profundidad para mantener comercios tradicionales, lugares que son seña de identidad de las ciudades. ¿Cuanto hemos perdido en Zaragoza por no poder actuar para conservar lo que es personalidad? ¿cuantos NO zaragozanos asociaban a Zaragoza con El Tubo?

Nadie entendería Madrid hoy sin el Mercado San Miguel o la chocolatería San Gines, como cuesta entender la Zaragoza actual sin La Reina de las Tintas, el Belanche o el Coliseo Equitativa. Son o eran señas de identidad urbana que configuran la personalidad de las ciudades.

Pero los poderes públicos no pueden hacer mucho sobre las decisiones privadas, aunque su pérdida desfiguren la ciudad. O al menos todavía no sabemos actuar para evitar la pérdida de valores urbanos pegados a nuestra historia. Zaragoza ha perdido en sus últimas décadas muchos elementos de su personalidad, mientras otros se mantienen solo con el impulso y el coraje de sus propietarios. Cerró Buisán o Tupinamba de Alfonso I. Saldos Arias cerró hace mucho como podría cerrar hoy otros ejemplos sin que nadie podamos hacer nada por ello. Pasear por el centro de Zaragoza supone ver carteles de traspaso en algunas insignias de nuestra Zaragoza.

Pero voy más allá. Cerró Los Espumosos del paseo Independencia y se abrieron varios con el mismo nombre. Aunque en el cambio se perdió el espíritu y la barra en herradura, el sabor y su comodidad, por mucho que se haya mantenido la misma ensaladilla rusa. Cierras cines ancianos sin poderlo evitar y nos abren franquicias de plástico. ¿No es eso perder urbanismo con sello personal?

Las ciudades deberían intervenir en su personalidad comercial, cuidar zonas céntricas que representan señas. Oasis, El Plata, el Tubo, el Pasaje Palafox, el Ciclón, Casino Mercantil o las cafeterías con más de una década asentadas en la ciudad. Se debería legislar para poder intervenir en caso de peligro de desaparición de cierto comercio, mobiliario o arte urbano, con ayudas que deberían sufragar las franquicias de nombre internacional y los grandes Centros Comerciales. ¿Cuanto costó que volviera la estatua del pastor con la oveja a su localización en el Matadero? ¿Tuvimos que castigar a la rana del Mercado Central con el ostracismo y la oscuridad por no ser originales a la hora de buscarle uso y situación? ¿Podríamos cuidar más (todavía) el arte urbano del grafiti muy bien potenciado, buscando más lugares fijos y respetados?