7.4.12

Zaragoza debe ser una ciudad agradable para el turista y visitante

La Semana Santa zaragozana está catalogada en algunos círculos religioso y turísticos como la segunda de España tras Sevilla. La primera en el norte de nuestro país. Por fervor religioso, por participación, por número de cofradías y de cofrades, por sonido, por el número de procesiones y su calidad organizativa. Por su historia.

Zaragoza necesita saber venderse mejor como ciudad posible y capaz, como ciudad de servicios y de cultura. Como ciudad grande que abraza a sus turistas y les ofrece servicios, gastronomía y cultura, además de historia y monumentos junto a entretenimiento para al menos un fin de semana completo. 

Zaragoza está avanzando en su oferta turística, sabe trabajar muy bien los Congresos y las Ferias, no tanto poner en valor su tesoro artístico y sus posibilidades culturales y como ciudad de artistas. Sigue caminando bien por sus ofertas gastronómicas pero descuida tal vez su centro histórico como lugar de referencia para los visitantes que desean una referencia que se mantenga y que les resulte atractiva.

Hay que seguir trabajando mucho en ofrecer actividades variadas a nuestros visitantes, acercando de alguna manera estas a las zonas por donde ellos se mueven o llevándolos con itinerarios programados hasta donde tenemos los edificios contenedores. De nada sirve programar buenas actividades si no somos capaces de llevar hasta ellas a las personas y darlas a conocer. Somos una ciudad “barata” en cuanto a actividades turísticas y eso hay que darlo a conocer más, par que el turista o el visitante se sienta a gusto en una ciudad que no abusa. 

Y saber potenciar también la marza “Zaragoza” con el añadido de pequeñas tiendas, locales y salones que sepan marcar la excelencia de nuestros productos. Desde pastelerías, cafeterías con toques personales, locales de gastronomía y lugares especiales para los visitantes que buscan una ciudad menos globalizada en lo comercial que las grandes ciudades.

La imagen es de Pedro Etura para Heraldo de Aragón