1.11.11

La deuda del Ayuntamiento con TUZSA tiene solución y hay que explicarla

Hoy el Alcalde de Zaragoza ha asumido los 51 millones de deuda con TUZSA como algo real, cifra más alta de la que se tenía conocimiento, aunque no en mucho. Llega ahora el momento de tomarse este asunto muy en serio, aunque sea a costa de no saber explicarlo —algo habitual cuando hay que tomar medidas difíciles— y sin duda de no asumirlo por los zaragozanos. 

Si cada año aumenta el déficit del autobús urbano en unos 8 millones de euros, y en el mismo periodo sabemos que se producen unos 120 millones de viajes de los que 95 son pagando y el resto son gratis, ya tenemos algunas cifras para intentar resolver el problema.

Habría que aumentar el autobús urbano un 8,5% para compensar el déficit anual. Otro 3% para compensar el IPC de 2012. Y una cantidad que ahora decidiremos para ir pagando la deuda acumulada con TUZSA. ¿En cuantos años queremos pagar esta deuda? ¿en cuantos años nos van a dejar retrasar los pagos y con qué intereses o condiciones? Este es el gran problema. Las increíbles condiciones que nos puede poner TUZSA a Zaragoza a la hora de revalidar el convenio entre Ayuntamiento —es decir entre tú y yo— y la empresa concesionaria del servicio, siendo que le debemos —tú y yo— una pasta gansa que no le podemos pagar. Vamos que nos tiene pillados por las orejas.

Imaginemos que queremos pagar en 5 años la deuda. Pues hay que aumentar otro 13% más al billete de autobús con los intereses de demora incluidos. Si nos obliga a pagar en 3 años tendremos que aumentar el precio un 20%. Si logramos convencerle de que le pagamos en 10 años tendríamos que aumentar el billete un 7%.

Nos vamos a un aumento entre un 11% en el mejor y casi imposible de los casos y un 31% en el caso de que no negociemos bien. Pero no todo está perdido con la deuda y su capacidad de tenernos enganchados. Esa deuda existe y los bancos no nos van a dar —a los zaragozanos— pasta gansa para pagarla. Pero sí es posible buscar un mirlo blanco que coja el servicio de Autobuses urbanos a costa de hacerse cargo de la deuda y tener que pagarle a esta empresa en vez de a la actual. Pero pagar hay que pagar. 

Pasar de los 61 céntimos por billete a los 68 céntimos es lo menos malo. Pero si las cosas no salen bien nos podemos ir a los 80 céntimos por viaje, algo que nos puede parecer unas barbaridad pero que está en consonancia con el precio que se paga en otras ciudades de nuestro tamaño y servicio.

Si, efectivamente, el sistema de acuerdo con TUZSA es de Primero de Primaria del curso de FP "Cómo ser político y no morir en el intento" y por ello hay que modificarlo. Si se dejan, claro, que son muy listos los que tienen su sartén por el mango.