12.7.11

Los errores en la arquitectura de Zaragoza, los pagamos entre todos

En los últimos años, algunos arquitectos que trabajan para facturas públicas se creen que la arquitectura es diseño gráfico pero a lo grande. El papel todo lo aguanta pero los materiales hay que conocerlos muy bien y saber si su adaptación al entorno, a su ambiente, tiene sentido o no.
Ahora son los cristales del edificio de la nueva Escuela de Artes de Zaragoza, que por una mala calidad explotan con graves consecuencias para la seguridad de la zona. En dos años han sido 16 los grandes cristales de la fachada los que han estallado. Pero hay que añadir que el edificio aledaño y con fachada de madera está en una condiciones de conservación defectuosas pues la madera no parece un sistema lógico de revestimiento para fachadas en una zona junto al Ebro, excepto que sea madera muy bien tratada y con un mantenimiento alto.
Algo que sucede en las riberas del Ebro, en zonas con andadores que se crearon en 2008 y que están muy deteriorados. No tiene sentido crear andadores en zonas que se riegan constantemente y que están junto al Ebro, en una ciudad con nieblas y grandes cambios de temperatura. Son gastos absurdos que convierten las inversiones en obsoletas en mucho menos tiempo del deseado.
Capítulo aparte tienen algunos edificios de Expo 2008 que se hicieron maravillosamente con un tiralíneas y que ahora no sirve para su pública utilización lógica y sencilla. Desde el Pabellón Aragón, a la Torre del Agua o al Pabellón Puente o el Edificio España. Los arquitectos se han podido cubrir de gloria, pero se olvidan que la arquitectura es también un modo de aprovechamiento de los edificios y un modo de conservación.